jueves, 2 de febrero de 2012

Mi experiencia con el JABÓN DE ALEPO

  

Os cuento una anécdota. Este verano una amiga me preguntó qué hacía para tener la piel de los brazos tan bien. Me sorprendió. Le dije que no utilizaba nada especial, que de hecho era un poco perezosa con la crema hidratante. Me insistió “algo haces”. Cuando comenté que lo único que utilizaba era un jabón de aceite de oliva y laurel, me contestó “ya sabía yo que había un truco”. Desde luego no voy a decir que el Jabón de Alepo sea un producto milagroso, pero es bastante efectivo.
 
Lo descubrí en el herbolario rebuscando entre los jabones naturales. Unos meses antes había decidido dejar de utilizar geles, por eso de los parabenos, y me dio por hacer jabón en casa. El resultado fue muy bueno, pero la verdad es un engorro. Así que opté finalmente por comprar jabón ya hecho, y después de varias pruebas, mi favorito es el de Alepo.
 
Es un jabón vegetal a base de aceites de oliva y laurel, y según se dice, fue el primer jabón sólido del mundo. Se elabora de forma artesanal desde hace más de 2000 años en la ciudad de Alepo, situada al norte de Siria, y su fórmula se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días.  Cada pastilla de jabón lleva impresa la marca del jabonero que la ha elaborado.
 
No tiene colorantes, conservantes, perfumes, productos químicos ni grasas animales, y al ser completamente vegetal es biodegradable. Es rico en vitaminas A, E, P y C, y minerales, calcio, hierro, magnesio, fósforo y azufre.
Su ingrediente principal es el aceite de oliva, que suaviza, hidrata y regenera la piel, y tiene también un efecto antioxidante.  Pero el ingrediente que lo hace tan especial y lo diferencia de otros jabones es el aceite de bayas de laurel, que actúa como desinfectante y antiséptico; de hecho es uno de los mejores fungicidas naturales (ayuda a combatir los hongos vaginales y de los pies).

Es recomendable para todo tipo de pieles, en especial para pieles sensibles y pieles con problemas de psoriasis, dermatitis, acné, ezcemas, etc. Se puede utilizar como jabón para la higiene diaria de la piel de todo el cuerpo, como espuma de afeitado o como champú para tratar problemas capitales como exceso de grasa y caspa.

El jabón de Alepo es marrón por fuera y verde por dentro. Cuanto mayor sea la zona marrón, más tiempo habrá tenido de curación y por lo tanto, mejor será su calidad.

Lo ideal es enjabonarse y dejarlo actuar unos minutos para que la piel absorba las vitaminas y minerales.Yo lo he probado para lavar el pelo, pero aunque controla el exceso de grasa, no queda tan suelto ni brillante como con un champú. Recomiendan para ese uso la versión líquida, pero no la he probado.

El que compro habitualmente es de la marca Nature Provence. Me gusta porque viene precintado. El precio varía entre los 7 y 10 euros dependiendo de la concentración de aceite de laurel. Quizá os parezca un poco caro para una pastilla de jabón, pero dura muchísimo, y por sus efectos de verdad que merece la pena.

 

1 comentario:

  1. Andie,
    Llevo ya unos meses usándolo y estamos encantados. Realmente funciona y deja la piel maravillosa. Ahora me compré el que tiene un 40% de aceite de laurel para la cara a ver si puedo controlar un poco el acné.
    Genial tu post,
    Un abrazo

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